martes, 15 de abril de 2025

Las enfilaciones de Carrumeiro son ciegas



Además de señales luminosas, en la ría de Corcubión, la primera de las Rías Baixas de norte a sur, también se pueden encontrar señales visuales que evitan disgustos y ayudan a orientarse a los marinos. Si Carrumeiro Chico es una baliza luminosa pintada en bandas alternas negra, roja y negra, su hermana de Carrumeiro Grande resulta más discreta, sin luz y de color gris cemento frente a punta Pindo. Señala el bajo de este nombre que junto al de Chico ha sido verdugo de numerosas embarcaciones. Lo más llamativo es la carencia de una luz que la posicione en la oscuridad, algo que para quienes surcan estas aguas de noche puede resultar un tanto arriesgado. Quizá la luz de la baliza de Chico baste, pero esta ceguera es para pensársela.


Enfilación de punta Pindo

Pero no es su única función, ya que es un punto de enfilación para los barcos que se dirigen a alguno de los puertos de la ría, como el de Cee o el de Corcubión. Alineándolo con su pareja de baile en punta Pindo se salvan los peligros. O si se navega paralelo por estribor a la línea que forman, se llega a la cascada de Ézaro, la única en el continente europeo que cae directamente al mar. Sí, en Islandia o en algunas islas escocesas como la de Skye también las hay, pero estamos hablando de la Europa continental.  

La enfilación de Carrumeiro Grande es una torre troncocónica blanca cuya discreción es tal que no tiene ni entrada en Wikipedia, a pesar de tener una labor de señalamiento tan necesaria como vital. No solo señaliza un peligro sino que además dirige el tráfico en colaboración con la de punta Pindo, una torreta cuadrangular de piedra.  

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