martes, 29 de noviembre de 2022

Un gimnasio en el cabo Roncudo

Aunque en realidad tiene más de baliza que de faro y su aspecto no es nada del otro mundo, venir hasta aquí, hasta cabo  Roncudo, merece la pena, más allá de por el entorno, por el paisaje (creo que esto ya ha quedado claro en otras entradas y volveremos sobre ello en próximas sospecho), porque aquí te puedes hacer una ideal cabal y real de qué supone que te llamen Costa da Morte. 

Para empezar, los cruceros que hay cerca del faro. Son dos aunque en la foto solo se ve una de las cruces. Tan tiesas como el faro, igual de blancas, Incluso tienen el mismo halo melancólico. Pero el conjunto también desprende una sensación de esperanza. La esperanza que ofrece el faro de seguridad, de alcanzar puerto, de salvación, pero también de que no caerá en el olvido quien tenga la desventura de no llegar, de quedarse en el mar para siempre. Quizá no sepamos sus nombres, pero no los olvidaremos.

Por si no fuera suficiente para los que aquí llegan con la memoria algo embotada o con el inocente desconocimiento del que no sabe, en el merendero cercano han colocado un panel con un gráfico de la costa y los puntos donde han naufragado buques y embarcaciones varias. Todos con nombre y fecha.

También es difícil leerlo al natural.

Impresiona.

Pero también descubrí que el faro de Roncudo es un gimnasio. Y no solo este, otros muchos de la zona también lo son. Fue mi hijo, el Greñas, quien me lo dijo, y junto a su hermana, la K-Poper, los que los disfrutaron. 

Resulta que en ese famoso juego Pokemon Go, en el que hay que recorrer el mundo cazando bichos raros que evolucionan en lugar de crecer y con nombres a medio camino entre dinosaurios y robots de Mazinger Z, se desarrolla sobre un mapa real de la región en la que está el jugador, Y en esa zona hay gimnasios donde los bichos de un equipo (hay tres: rojo, azul y amarillo) pueden entrenar y los jugadores oponentes tienen que conquistar para el suyo. 

Por lo visto, jugadores de la zona han ido creando gimnasios en varios faros, y al ser de un equipo distinto al de mis hijos, estos fueron conquistándolos uno a uno. Se hicieron con todos. Para remate,  otros coequipiers los visitaban también y dejaban su propios bichos para ayudar a defender cada nueva conquista.

Y se me hizo la luz. El Greñas me explicó por encima cómo se crea un gimnasio y la verdad es que no entendí mucho. Pero sí me di cuenta de que la excursión por una veintena de faros y luces se les hizo más llevadera que si solo contemplaban paisajes y comían raxo (gran descubrimiento, por cierto) siguiendo a un padre chalado. 

Aquí viene la idea: que nuestros hijos, sobrinos, nietos y sus amigos vayan a los faros mas cercanos y creen gimnasios que otros locos del Pokemon Go puedan ir a defender o conquistar.

Nos fuimos de Galicia dejando todos los faro-gimnasios de color rojo y el último que los azules reconquistaron cayó hace pocas semanas. Creo que han batido algún récord o así.

Ahí dejo la idea. 

Altura: 11 metros
Plano focal: 38 metros
Un destello blanco cada 6 segundos.
Alcance: 10 millas.
Accesible. 

martes, 22 de noviembre de 2022

Sólo queda un pie

 

Sé que esta temporada voy a usar demasiado la palabra 'espectacular', pero es lo que tiene este litoral gallego. Intentaré emplear también 'impresionante', 'asombroso', 'pasmoso', 'increíble' o 'alucinante', Pero es lo que hay, que deja sin palabras. Y punta Nariga, con su faro, es un ejemplo de ello.

No sé mucho de geología, en realidad nada, pero supongo que en este punto se mezclan dos tipos de rocas y piedras, una blanda y otra dura, porque la erosión del viento y del agua ha dejado un conjunto escultórico natural asombroso (ya empezamos) que sobresale por encima de los matojos que cubren la tierra. 

Y lo más interesante es lo bien integrado que está el faro en el paisaje,, una obra humana, de líneas modernas (es el faro más nuevo de los gallegos) decididamente no naturales. Pues en contra de lo que se ve en otros sitios, el resultado es completamente armonioso.

Pero al faro de punta Nariga le falta algo en una esquina. En fotos había visto una escultura en una esquina que no terminaba de identificar. Me podía la curiosidad, pero que no entendía qué era. El arquitecto César Portela, autor del proyecto de este faro, diseñó una esquina de la balconada inferior como si fuera la proa de un barco. Sobre ella, a modo de mascarón, el escultor Manolo Coia, hombre de mar además de artista, colocó la escultura de bronce Atlante.

Pero mi gozo en un pozo. Después de muchas vueltas solo encontré ese ¿pie? que se ve en la foto. En mi ingenuidad pensé que se abría roto en algún temporal de invierno. Pero no. Trasteando un poco por internet y con la ayuda de tío Google averigüé que habían robado la figura en marzo, con la llegada de la primavera. No tengo claro si la han recuperado, pero las investigaciones avanzaron y fueron sabiéndose cosicas, como esta y esta otra. O sea que me da que no.

Por lo demás, las escaleras exteriores permiten llegar hasta un balcón debajo de la linterna, lo cual ya es mucho con respecto a otros.

 Y lo que se ve desde lo alto es impresionante (no hay manera de escapar)

Altura: 39 metros
Plano focal: 55 metros
Grupo de 3 destellos blancos seguido de otro destello blanco en periodos de 20 segundos.
Alcance: 23 millas.
Visitable y accesible. 

martes, 15 de noviembre de 2022

De gaviotas, sirenas y faros provisionales

Con noticias de interacciones de grupos de orcas con embarcaciones de recreo en la zona y de la búsqueda de un velero francés naufragado a 14 millas de las islas Sisargas, embarcamos con O Botero, Pol Blanco, hacia ese archipiélago frente al cabo de San Adrián y a unas 2,5 millas de Malpica. Tres son sus islas principales, Grande, Chica y Malante. En sus farallones batidos por las olas los percebeiros trajinan colgados de sogas mientras varios botes vigilan su movimientos y controlan el ir y venir del agua.

La Sisarga Grande está coronada en lo alto de un faro y varios edificios más. Automatizado desde hace años, este territorio pertenece a las gaviotas y a los conejos. La primera impresión es que puede ser un buen sitio para ser un robinson, pero los chillidos de las aves hacen que sientas que puede ser muy fácil convertirse en un secundario con mala suerte de la peli de Hitchcock Los pájaros.

Desde el muelle el camino se dirige directamente al faro, aunque hay un desvío que lleva a una recoleta playa de arena dorada y posadero de gaviotas. Son casi dos kilómetros de paseo que empieza entre helechos y tojos espinosos que invaden tramos del camino para seguir por una ancha calzada en  razonable buen estado para llegar a lo alto convertida en senda. De lo que apenas queda rastro es de un bosque que se plantó a mediados del siglo pasado pero que al final ha desaparecido.

El faro es de estructura clásica con edificio de una  planta y la torre integrada dentro. Esto es el resultado de una modificación estructural entre 1911 y 1915. En el proyecto original de 60 años antes a la torre de la linterna se podía acceder directamente desde el exterior. Esta reforma de la segunda década del siglo XX fue tan importante que se hizo necesaria la construcción de un faro provisional cuyos restos se conservan y que a menudo se confunden con la desaparecida ermita que existió antes y de la que dicen encendía una hoguera para guiar a los barcos que navegaban por la zona. Esto nos lo aclaró el botero Pol Blanco, un enamorado de su tierra.

Lo que también hace interesante esta visita es poder ver en un edificio cercano la antigua sirena de niebla. Sobre él, que está en ruinas, asoma la bocina oxidada. Pero recorriendo su perímetro, en uno de su vanos cegados algún visitante anterior, muy curioso debía de ser, abrió un agujero en los ladrillos para asomarse al interior y contemplar la vieja maquinaria con sus depósitos y mecanismos. 

      
A la izquierda los restos del faro provisional. En el centro, la bocina oxidada de la vieja 
sirena de niebla. A la derecha, parte del sistema que daba aliento la sirena.

Desde luego fue una visita que mereció la pena y que permitía hacerse una idea aproximada a de lo solitaria que era la vida de los fareros, aunque trabajaran en equipo o pudieran estar con sus familias.

Y mientras, mi Santa y Paciente, en la playa espantado gaviotas que se acercaban demasiado a las empanadas y los aperitivos.

Altura: 11 metros
Plano focal: 110 metros
Tres destellos blancos en periodos de 15 segundos.
Alcance: 23 millas.
Accesible. 

martes, 8 de noviembre de 2022

Malpica, donde comienza O Camiño dos Faros

 


A izquierda de la imagen asoma la baliza del extremo del dique de abrigo del puerto de Malpica de Bergantiños  y a la derecha, la baliza del muelle-tacón que asoma en la parte interior del dique. 

A la vera de esta última se colocan los pescadores de caña locales. Y con notable éxito. Pocas veces he visto tantas manchas de tinta negra en el suelo. 

Desde Malpica salimos en bote hacia Sisargas. Nos llevó O Botero, Pol Blanco. No sólo nos llevó, sino que tras atender otros compromisos, volvió y ejerció de guía en la isla, dándonos todo tipo de explicaciones y datos sobre la isla, el faro, la casa de la sirena y lo que hiciera falta.  De hecho, él es el que se ocupa de vez en cuando de evitar que los matojos terminen de ocultar la senda a la playa y parte del camino al faro. 

Una suerte encontrarlo. 

Pero la importancia de esta villa marinera en lo relacionado con los faros es que aquí comienza el camino costero que recorre los faros de la Costa da Morte. Es O Camiño dos Faros. En ocho etapas se llega hasta Fisterra. Son 200 kilómetros por una de las costa más escarpadas y alucinantes que se pueden encontrar. En las inmediaciones del puerto tiene su sede la asociación que gestiona las salidas a esta ruta.

Baliza del dique de abrigo: torreta cilíndrica verde
Altura: 4 metros
Plano focal: 20 metros
Destello de luz verde cada 3 segundos.
Alcance: 4 millas.
Accesible.

Baliza del muelle: columna cilíndrica verde y blanca
Altura: 3 metros
Plano focal: 8 metros
Dos destellos verdes cada 7 segundos.
Alcance: 1 milla
Accesible.

martes, 1 de noviembre de 2022

Sobre la tumba de un rey al que robaron

 


La Torre de Hércules. El Emperador de los Faros. Razón número uno para ir a A Coruña. 

Allí estuvimos. En esta ocasión no lo pudimos visitar ni subir a la linterna porque era el día que se abría gratis al público y ya estaban cogidos todos  los turnos. Dio igual, se rindió la debida pleitesía y recorrimos todo el entorno. 

Desde allí se puede disfrutar de una gran vista sobre la punta de Mera y sus dos torres de enfilación. Y por extensión, del resto de la bahía de la ciudad. Pero lo que pude examinar con atención fue su Rosa de lo Vientos. Es un enorme mosaico de 25 metros de diámetro

Está dividido en ocho secciones por los puntos cardinales (N, NE, E, SE, S, SO, O y NO). En siete de ellas aparecen representados los símbolos de los países celtas con su nombre en el antiguo idioma: Alba, Éire, Cymru, Kernow, Breizh, Mannin y Galiza (Escocia, Irlanda, Gales, Cornualles, Bretaña, Mann y Galicia). Los símbolos son el cardo escocés, el trébol irlandés, el dragón galés, el cáliz córnico, el armiño bretón, el trisquel manés y la vieira gallega. 

Si habéis echado cuentas, he nombrado siete territorios y ocho secciones. La que falta es la que, como dicen los jóvenes interneteros que siguen a yutubers latinoamericanos, "me voló la cabeza". Como símbolo tenía una calavera sobre un fémur y la palabra "sisrat" donde se nombraba el lugar. Desconcierto general. Y no solo yo, también numerosos visitantes hacían cábalas. Poco a poco pudieron, pudimos, desentrañar todo lo demás, pero esta calavera y esa palabra no se dejaban explicar.

Al final alguien dio con la solución: Sisrat no es más que Tarsis escrito de derecha a izquierda. Vale, guay, pero... ¿qué pintaba una antigua ciudad mediterránea con las naciones celtas? Y sobre todo una ciudad que no se tiene muy claro dónde se ubica, si es la Tharsis de Cádiz, la Tarsis libanesa a 50 kilómetros del mar, la Tarsis de la costa turca... A saber. 

Después de investigar un rato, la explicación que me ha llegado, que no tengo claro que sea la correcta, es que Tarsis está escrito a la manera de las lenguas íberas, que lo hacían de derecha a izquierda, y la referencia es la Tharsis gaditana, ya que dice una leyenda que debajo del faro están enterrados los huesos del rey tarteso Gerión. 

Según cuentan, en una mezcolanza de mitos griegos y tradiciones locales, Hércules, en uno de sus famosos trabajos robó el ganado a Gerión y este, en busca de justicia y reparación, fue a por el semidiós griego. Le salió mal la jugada y murió ensartado con una flecha envenenada disparada por el titular de la torre que nos ocupa hoy. Se dice que enterró los restos en el fin del mundo levantando encima un torre. Edificación que apuntaron en su haber los romanos y que hasta hoy ha llegado iluminando las noche para los marinos. 

Lo dicho, ¿hay o no que visitar siempre la Torre de Hércules? 

Altura: 49 metros
Plano focal: 106 metros
Cuatro destellos blancos en periodos de 20 segundos.
Alcance: 23 millas.
Visitable y accesible.