Hay faros que tienen un camping en su vecindario (Higuer, por ejemplo), otros lo que tiene cerca es un hotel (es el caso del de San Sebatià en Llanfranc o el de Finisterre), pero no conocía ningún camping que estuviera a los pies de uno (o de dos) hasta que desembarqué en la isla de Aix. Lo cierto es que en este enclave entre Oleron y Ré lo aprovechan todo. Lo mismo ponen una escuela de vela en los fosos del recinto amurallado que hacen conciertos en los búnkers que custodian su costa.
Sobre todo ello se elevan las dos torres gemelas blancas con sus respectivas 'cabezas' rojas. Lo curioso del caso es que son complementarias. Mientras una, la de la linterna, emite una luz blanca, la otra (levantada unos 15 metros más al oeste) porta un filtro rojo que tiñe de este color el destello de su hermana en un sector concreto, el que ocupa el peligroso Rocher d'Antioche y que los barcos que vienen del oeste hacia La Rochelle deben evitar. De hecho, en un reportaje del France3Atlantique con motivo de su restauración en 2014 se puede ver cómo funciona esta pantalla. En concreto en los minutos 1'35'' (por encima del hombro del que habla) y con más detalle en el 1'45'.
Y cambiando de tema. Esto no va de gastronomía, pero tras recorrer la isla en bici, caímos en un pequeño garito, el Aix Press, lleno hasta las orejas de turistas (como el resto de la isla) y descubrimos la 'casolette de la mer'. Un guiso de pescado, marisco y mejillones al horno por el que todavía seguimos suspirando.
Altura 17metros
Plano focal 24 metros
Un destello blanco cada 5 segundos que en el sector que va de 103º a 118º el filtro de la segunda torre vuelve rojo
Alcance: 24 millas la luz blanca, 20 millas la luz roja.
Accesible
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