martes, 16 de marzo de 2021

Recibido por el bretón más antiguo

El faro de le Stiff te da la bienvenida a la isla de Ouessant. Cuando el ferry va arribando al muelle de Stiff, su doble torre blanca y rechoncha se alza casi 80 metros sobre los visitantes, dominando todo el este de la isla. Es uno de los faros más antiguos de Francia, de hecho es el más antiguo en funcionamiento de entre las luminarias bretonas.Los primeros proyectos datan de finales del XVII, en una hábil combinación de búsqueda de seguridad en la navegación hacia y desde Brest por un lado y vigilante desconfianza hacia las intenciones de los británicos vecinos por otro. A partir de ahí, la evolución habitual de fuegos, luces, combustibles, electricidad, automatismos, semiabandono y recuperación como patrimonio histórico y turístico. Además también le nació un hermano pequeño que le superó en talla, importancia y desarrollo, el de Créac'h. Incluso, en este caso concreto se da la circunstancia de que es el hermano mayor el que hereda ropa del pequeño: la linterna que Stiff luce ahora es la antigua del blanquinegro del oeste.

Lo que más me llamó la atención es que en realidad son dos torres siamesas, una más estrecha con ventanucos en sus caras sur y norte que ventilan y dan luz a la tradicional escalera de caracol en su interior y otra que sostiene la linterna y alberga las diferentes habitaciones de servicio  iluminadas por ventanas orientadas al oeste. Esta misma distribución paralela volví a encontrarla en Cordouan, aunque en este caso una única torre circular envolvía las dos estructuras, pero la misma idea: escalera de caracol lateral a la zona de servicio. Después de 20 años de semiabandono tras su automatización, en 2013 Stiff se restauró y es visitable. Ahora se pueden ver las dependencias donde vivían y trabajaban los fareros. Y es curioso, uno de los dormitorios da la sensación simultánea de acogedor y estrechez. En la foto, más allá de la puerta se ve el arranque de la escalera.

Y como es de suponer, una vez alcanzada la linterna y el balcón exterior, las vistas sobre el mar de Iroise son impresionantes, distinguiéndose con facilidad el faro de Kéréon y, si el día está claro y limpio, los de Sein y Vierge. Asomarse al interior de la linterna (entrar no se puede) resulta alucinante, es sumergirse en un entorno intensamente bermellón de las películas más lisérgicas de los años 60 del pasado siglo. Marea.

 

Altura 32 metros
Plano focal, 85 metros
Dos destellos rojo cada 20 segundos
Alcance, 24 millas 104 escalones
Visitable

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