Viajando de poniente a levante, el primer faro en Cádiz es el de San Jerónimo. Se yergue en un pinar cercano a Bonanza, en el municipio de Sanlúcar de Barrameda. Es uno de los pocos faros fluvales de los que tengo noticia, aunque después ver este y el de Bonanza me entra la duda de si alguno de las rías gallegas, el de Guía en Vigo por ejemplo, o los del delta del Ebro (el del Fangar sería uno de ellos) también pueden considerarse de río. Este de San Jerónimo se construyó como enfilación para las embarcaciones que remontaban o bajaban el Guadalquivir hacia o desde el puerto de Sevilla, de cuya autoridad portuaria depende. Porque espero que a pesar de estar en desuso desde 1982, cuando se modificó el balizamiento del río y se apagó su luz, alguien se responsabilice de su mínimo mantenimiento. Supongo que el mismo que encargó el cerramiento de su ventana más baja, de tapiar y esconder el vano de acceso a su interior y de, finalmente, eliminar los escalones que salvaban el basamento sobre el que se sustenta la torre de ladrillo y llevaban a la escamoteada puerta se dará una vueltica por allí para ver si le hace falta algo. Porque esta labor se realizó bastante después de su desmantelamiento. A través de sus ventanas más altas aun se ven las pintadas de su interior.
Es triste ver esta torre esmochada, que parece necesitar el abrazo que los pinos piñoneros que la rodean le dan. Cuando dejó de prestar servicio, la linterna fue retirada y solo queda el balconcillo. Tal como está me recuerda a las altas chimeneas de las tejerías que quedan en algunas ciudades. Solo ellas, aisladas, generalmente en un parque, sin contexto, sin el resto de los edificios que le dan sentido y la explican, Melancolía pura.
Altura 24 metros
Linterna desmontada
Inactivo
Accesible pero no visitable
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