miércoles, 8 de septiembre de 2021

Lectura postcovid preCádiz para vacaciones


Comienza el cole y vuelve Fareando. Pero antes de empezar la tanda de fotos de mi último viaje farero traigo el libro que compré a principios de junio, en cuanto me dieron el alta y oficialmente libre de covid-19. El bicho fue la causa de que la última entrada a este blog con mis faros bretones, la de Bodic, quedara como quedó. Era un borrador que programé para finales de mayo, pero el SARS-CoV-2 este te atontolina más de lo que parece y me olvidé de ella. Así salió como salió. La he actualizado con algún dato, pero la dejo casi tal cual.

Bueno, al grano. El caso es que en la Feria del Libro encontré esta maravilla. Había oído de ella, de Eso no estaba en mi libro de Historia de los faros, pero no esperaba encontrarla en Pamplona. Está escrita por el farero, o torrero o técnico mecánico de señales martimas, de Mesa Roldán (Almería) Mario Sanz Cruz. El autor hace una apasionada narración sobre la vida menuda y la realidad de los faros y sus técnicos a lo largo de la historia, principalmente de los españoles y de su ultramar cuando la tuvo. En un ejercicio del tipo "en todas partes cuecen habas", tampoco se olvida de contar o describir los de otros continentes y mares, que aunque cocinados con otras salsas y condimentos, no dejan de ser habas. Desde la construcción de los edificios en emplazamentos casi imposibles, malsanos o técnicamente desafiantes hasta la convivencia día a día de los fareros, sus familias, vecinos, marinos o jefes, recoge con frialdad minuciosa heroicidades y villanías, miserias y satisfacciones, salvamentos y catástrofes. Realidades comunes e historias extraordinarias. Describe la vida misma. Es curioso comprobar que a pesar de que Sanz Cruz le quita, no sé si pretendidamente, el barniz de romanticismo que desde fuera se le ha dado a la vida del farero, nos descubre la gran humanidad real que hay debajo y que la hace todavía más interesante.

Obviamente, el grueso del libro describe, narra y rememora lo ocurrido con y en los faros españoles, pero son numerosas las referencias a los de otros países. De hecho, en cada uno de  los capítulos temáticos ('Los faros', 'El factor humano', 'Los problemas', 'Otras incidencias', 'Naufragios' y 'Más allá de los faros') empieza con los más cercanos, los españoles, y acaba con los del resto del mundo. Esta  visión global es el principal mérito, ya que obliga, por lo menos me ha obligado a mí, a coger un lapiz y subrayar los nombre de todos los faros no peninsulares para acudir luego a Tío Google, tanto para rastrearlos con su aplicación Maps como para contemplarlos en Imágenes.

Como siempre me pasa, me lancé sobre sus páginas con voracidad. Pero la abundancia de datos, nombres, anécdotas e historias me frenaron. No por aburrimiento, más bien por la necesidad de procesar la masa de información que llegaba a un cerebro recuperándose del embotamiento covídico de un mes confinado. Pero lo leas a sorbos, a mordiscos o del tirón, el interés no disminuye y te sorprenderás volviendo a él una vez y otra para repasar historias o documentarte sóbre qué leer o ver relacionado con los faros y su entorno, sea técnico, histórico o artístico. O para animarte a iniciar una nueva ronda de excursiones fareras. Este año ha sido a Cádiz


 

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