La visita a la isla de
Sancti Petri, su castillo y su faro resultó a la vez muy interesante y un tanto
triste.
Interesante por toda la historia que hay en la zona, comprobar que Cádiz y
el Estrecho han sido cruce de civilizaciones desde antes de que los romanos
aprendieran a pronunciar Gadir.
Triste porque la primera vez que he visto al natural mi tortuga preferida, un
mito desde mi infancia por ser la más grande de todas: la tortuga laúd. Estaba
muerta. Es ese bulto mitad oscuro y mitad amarillento al pie de la torre del
faro. No soy ningún experto, pero tenía todo el aspecto de haber caído en una
red de pesca con muy mal resultado. Clásico ejemplo de cómo están los mares. En
fin...
Volvamos a la isla y a su faro. Según cuentan durante el recorrido por el
recinto, porque se puede visitar aunque al faro no se sube, toda la zona fue un
asentamiento fenicio y mientras la colonia comercial de Gadir se asentaba en la
isla de Erytheia, el centro espiritual, el templo de Melkart, lo levantaron en
la de Kotinoussa, que en su mayor parte ha desaparecido bajo el mar y solo queda la actual Sancti Petri.
Y desde entonces, desde, dicen, el siglo XII antes de Cristo, cuando la
guerra de Troya todos los que eran alguien en la Antigüedad Clásica se
acercaron por allí, a visitar la tumba del semidios Hércules, que en la décima
de sus doce pruebas pasó por allí y colocó dos columnas a modo de monumento
tras superarla, una es el peñón de Gibraltar y la otra es el monte Musa (aunque
algunos la sitúan en el ceutí monte Hacho).
Siglos después, muchos siglos después, en el XVII de nuestra era, sobre las
ruinas del templo se construyó una torre de vigilancia que evoluciona hacia
fuerte militar y ya en el XX se colocó una luz a modo de faro sobre la torre
para balizar la isla y señalar la entrada del canal.
No sé cómo sería la linterna original de 1918, pero su sustituta de 1952 no
es que merezca mucho la pena con su cúpula cónica achaparrada.
Altura 16 metros
Altura focal 20 metros
Un destello blanco cada 3 segundos.
Alcance, 9 millas
Accesible, pero no visitable
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