martes, 9 de noviembre de 2021

Una tortuga sobre la tumba de Hércules en Sancti Petri

 


La visita a la isla de Sancti Petri, su castillo y su faro resultó a la vez muy interesante y un tanto triste. 

Interesante por toda la historia que hay en la zona, comprobar que Cádiz y el Estrecho han sido cruce de civilizaciones desde antes de que los romanos aprendieran a pronunciar Gadir. 

Triste porque la primera vez que he visto al natural mi tortuga preferida, un mito desde mi infancia por ser la más grande de todas: la tortuga laúd. Estaba muerta. Es ese bulto mitad oscuro y mitad amarillento al pie de la torre del faro. No soy ningún experto, pero tenía todo el aspecto de haber caído en una red de pesca con muy mal resultado. Clásico ejemplo de cómo están los mares. En fin...

Volvamos a la isla y a su faro. Según cuentan durante el recorrido por el recinto, porque se puede visitar aunque al faro no se sube, toda la zona fue un asentamiento fenicio y mientras la colonia comercial de Gadir se asentaba en la isla de Erytheia, el centro espiritual, el templo de Melkart, lo levantaron en la de Kotinoussa, que en su mayor parte ha desaparecido bajo el mar  y solo queda la actual Sancti Petri.

Y desde entonces, desde, dicen, el siglo XII antes de Cristo, cuando la guerra de Troya todos los que eran alguien en la Antigüedad Clásica se acercaron por allí, a visitar la tumba del semidios Hércules, que en la décima de sus doce pruebas pasó por allí y colocó dos columnas a modo de monumento tras superarla, una es el peñón de Gibraltar y la otra es el monte Musa (aunque algunos la sitúan en el ceutí monte Hacho). 

Siglos después, muchos siglos después, en el XVII de nuestra era, sobre las ruinas del templo se construyó una torre de vigilancia que evoluciona hacia fuerte militar y ya en el XX se colocó una luz a modo de faro sobre la torre para balizar la isla y señalar la entrada del canal. 

No sé cómo sería la linterna original de 1918, pero su sustituta de 1952 no es que merezca mucho la pena con su cúpula cónica achaparrada.

Altura 16 metros
Altura focal 20 metros
Un destello blanco cada 3 segundos.
Alcance, 9 millas
Accesible, pero no visitable

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