martes, 17 de enero de 2023

No da luz pero tiene poesía


No estaba previsto en el plan inicial de iluminación de esta costa, pero demasiados naufragios obligaron a improvisar uno. Y llegó el que ahora es el faro viejo del cabo Touriñan, el punto más occidental de la España peninsular. Los romanos no calcularon bien su Finis terrae, pero quien primero llega, se queda la fama. Mejor así, las puestas de sol desde aquí son más tranquilas. 

Aprovechando un cambio de lentes en Vilán, a la que se retiró le dieron una nueva oportunidad en 1898, cuando la primera luz de Touriñán entró en servicio. Durante 83 años iluminó este tramo tratando de conjurar los peligros que suponen los acantilados de Gaivoteira y la laxe dos Buixeirados. 

Y por si el riesgo de naufragio natural no fuera suficiente, durante la 1ª Guerra Mundial fue escenario de los primeros episodios de batallas navales con submarinos. Se calcula que los alemanes hundieron en estas aguas hasta 120 buques mercantes de diferentes banderas.

Inspirador debe ser el entorno, el ambiente, la historia y el clima de grandes vientos y tempestades, hasta el  punto de que en la fachada que da al mar, algún poeta anónimo ha grabado un poema titulado A Dios. Resulta dificultoso leerlo (del natural también), pero las partes legibles dan a entender que o nos encomendamos a alguien o lo que tememos encima nos arrollará. Sobrecogedor a la par que místico.






Altura: 8 metros
Plano focal: 59 metros
Apagado
Accesible.

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